El próximo 12 de octubre serán 27 años de lo que fue la última actuación de Pedrito Rico en el Teatro Astral y también la última en Buenos Aires.
Figura muy querida en nuestro país, ganador absoluto en simpatía y galantería.
Lo recuerdo siempre con una sonrisa en el habla y en el canto, luciendo sus blusas y trajes. Don y salero tenía este moreno.
Se
inició profesionalmente en Valencia
en el Teatro Ruzafa.
Fue un empresario argentino, Angel de Dolarea, quien lo descubre en el Circo Teatro Price de Madrid y lo trae a Buenos Aires para que actúe en sus Romerías Españolas del Teatro Avenida.
en el Teatro Ruzafa.
Fue un empresario argentino, Angel de Dolarea, quien lo descubre en el Circo Teatro Price de Madrid y lo trae a Buenos Aires para que actúe en sus Romerías Españolas del Teatro Avenida.
Corre el año 1956 y su ángel encantó a Buenos Aires. Y pasó a ser para siempre “El ángel de España”.
Compartió
escenario con Marife de Triana, Angelillo, Lola Flores, Rocío Jurado, Carmen Sevilla,
Maurice Chevallier…, Maricruz Utrera, Perla Cristal, la orquesta Los Gavilanes
de España…
Filmó películas (siendo la más popular en Hispanoamérica ‘El Angel de España’) y hasta participó en teatro de revista con las Hermanas Pons, Norman Erlich y un debutante Mario Sapag.
Recorrió
los mejores teatros de Buenos Aires: El Teatro Astral, el Avenida, el Tronío,
el Opera, el Nacional, el Liceo, el Maipo, el Astros, el Lola Membrives y
tantos otros. Estuvo en el mítico Michelangelo donde se presentaban Juan
D’Arienzo con Violeta Rivas; Locatti y Roberto Ayala.
La crítica especializada de movida ha dicho: “Pedrito Rico tiene solo 20 años, pero ya es un veterano de la escena y ha logrado una estelar clasificación en el arte de su patria. Por eso su extendida temporada en el Teatro Nacional ha sido un sonado triunfo. Tiene figura, personalidad y ángel, canta con emoción y es elegante en la escena. El triunfo no se podía resistir ante tantos factores unidos.”(Revista Gente).
Fue reconocido en Cuba, México, Venezuela, Puerto Rico, Colombia, Uruguay, Perú y Estados Unidos (obteniendo en New York el Premio ACE por Mejor Actuación en Show).
Pero sus mayores fans estaban en Argentina y Cuba.
Hasta
que un día, con estupor recibimos la triste noticia de su prematura muerte, fue
el 21 de junio de 1988 a las 0.3 de la madrugada según el acta de defunción. Muerte pero no desaparición,
porque quedan los recuerdos, las grabaciones, y personas que mantienen viva su
memoria.
Una de ellas -y quizás la voz más autorizada- es la señora Marta Améndola, admiradora y amiga personal del cantante.
“Cuando Pedrito llegó a la Argentina yo tenía 10 años, empecé a verlo por televisión que transmitían desde el Sevilla Colmao que estaba dentro del Parque Japonés. Fue mi mamá la que me dijo: vení a ver este chico tan lindo que canta español”.
"Después lo seguí por radio, por las revistas, teniendo latente esa ilusión de conocerlo personalmente. Dos años después lo conocí pero tan solo de verlo en el escenario. Me llevó mi padrino a un espectáculo que daba en el Predio de La Rural, recuerdo perfectamente que cantó ‘Entre España y la Argentina’ y una jota navarra.”
“A pesar de tener una voz que no era tan especial sin embargo era inimitable. Después tenía todo el salero, su taconeo, los palillos, era lo que cautivaba a la gente.”
“En la película El
Angel de España es donde empieza a nombrar a su pueblo Elda, estaba muy
orgulloso de haber nacido allí.”
“Hizo una gran gira
latinoamericana y puedo decir que el éxito que tuvo en Cuba fue mayor que el de
Argentina. En su regreso a nuestro país se presentó en todos los programas más
vistos de la época.”
“Siempre íbamos a
verlo con mi familia y creo que él fue quien se acercó a nosotros, ahí empezó
nuestra amistad.”
“Recuerdo cuando su
amiga Carmen Sevilla en un espectáculo donde actuaban juntos (en el Teatro Opera
de La Plata) lo fue a buscar a camarines y le dijo: Pedrito, te nombré y se vino
el teatro abajo con los aplausos de la gente.”
“En aquel momento
me dedicaba a ser su mano derecha en las distintas presentaciones. Pertenecía
entonces a uno de los tantos clubes de fans que tenía; recién en el año ’70
fundé el mío.”
“Los años ’60 y ‘70
fueron de muchísima repercusión, con muchas presentaciones y grabaciones…
compartió escenario con las grandes figuras de la época.”
“El amaba Buenos
Aires, la vida nocturna de acá. Era ir del Teatro Nacional a Michelangelo en
una misma noche.”
“Pedrito era de muy
buen carácter, divertido, simpático. Pero en el trabajo era severo. El estaba
atento a todo, las luces, la ropa tenía que estar impecable, todo tenía que
estar perfecto. Porque él decía: la gente paga una entrada y tiene derecho a
ver lo mejor.”
“La relación con su
madre era muy especial, un amor inmenso mutuo y era muy adorado por sus
hermanas.”
“Pedrito Rico era
una persona que a quienes estábamos cerca de él nos infundía mucha confianza,
mucha seguridad.”
“Quienes más lo
recuerdan son las personas que lo conocieron; en Venezuela, en Miami, en todos
lados… Yo siento que en cierto modo sigue estando, quizás sigo con la idea de
que algún día voy a escuchar su voz por teléfono nuevamente.”
“La mayor parte del material que conservo es lo que él me ha enviado. Considero que debo mantener viva su memoria porque fue una persona que dejó mucho a nivel humano, no solamente a nivel artístico. Siento entonces que es un deber moral recordarlo para agradecerle todo lo que dio. Porque a nivel personal a mí me dio mucho: me dio confianza en mí misma al encargarme cosas muy delicadas de su trabajo, creo que fue la persona que más confío en mi persona y capacidad, que me hizo crecer como tal. Pienso entonces que de alguna manera yo tengo que retribuir eso y como así fue conmigo también fue con mucha gente… él era bueno porque sí, porque le salía ser así naturalmente.”
“La mayor parte del material que conservo es lo que él me ha enviado. Considero que debo mantener viva su memoria porque fue una persona que dejó mucho a nivel humano, no solamente a nivel artístico. Siento entonces que es un deber moral recordarlo para agradecerle todo lo que dio. Porque a nivel personal a mí me dio mucho: me dio confianza en mí misma al encargarme cosas muy delicadas de su trabajo, creo que fue la persona que más confío en mi persona y capacidad, que me hizo crecer como tal. Pienso entonces que de alguna manera yo tengo que retribuir eso y como así fue conmigo también fue con mucha gente… él era bueno porque sí, porque le salía ser así naturalmente.”
(Marta Améndola) 02
de Octubre de 2014
Material
de archivo: Marta Améndola.