Virginia Verónica,
con sello propio
Podría hablar
en esta nota del espectáculo en su totalidad (que voy a describir claro) o
intentar hacer una imagen poética de cómo el show mitigó el frío aquella
noche.
Los jóvenes productores
Gabyta Fridman y Alexis De Larramendi presentan todos los sábados de Mayo TANGO
SOBERBIO, y dicen: “Te invitamos a sumergirte en el mundo de esta gran cantante
e intérprete que dejará cada butaca temblando de emoción.”
Y aquí está el centro de la nota, el alma del espectáculo: Virginia Verónica es una reconocida intérprete dentro del mundo tanguero pero pocos la conocen fuera del circuito.
Se agradece
que haya gente que la convoque para que interprete en una sala de Av.
Corrientes, ahí nomás, cerca de Callao como para que la luna deje de rodar,
pegue la vuelta y la escuche en “Balada para un loco”.
Virginia,
además de ser una ‘tremenda’ contralto, es una intérprete histriónica donde las
canciones vibran en su cuerpo, en sus gestos y en cada aliento.
Desde ‘Tormenta’
en la primera parte del espectáculo hasta ‘Mi tiempo feliz’ ya finalizando,
recrea los temas con personalidad, y aquí cabe el título de TANGO SOBERBIO.
¿Es un unipersonal? No. Para darle
movimiento, sensualidad hot e imagen, están los bailarines Juan Pablo Bullich y
Rocío García Liendo finalistas del Mundial de Tango Escenario 2015. Aparecen en
tres intervenciones con cautivadoras coreografías.
¿Los músicos?
Juan Martínez en guitarra, Kano Alonso en bajo y Osvaldo Avena en percusión nos
llevan a descubrir cómo, desde sus ejecuciones, otros géneros pueden enamorarse
del tango, fusionarse y ser siempre tango.
Y si entraste al Columbia,
no muy convencido de la música ciudadana, tenés un tributo –generoso- para con
los ritmos latinoamericanos.
Hace tiempo, me
comentaron que una cantora de tango muy reconocida le dijo una vez a Virginia
Verónica “Tenés que ir por los intereses”. O por “los créditos” sería igual.
Que este sea el inicio.
Sábados 00.30hs.
Teatro Columbia (Av. Corrientes 1537)
fotos: Mombello
Fishbein