Un amor sin
frontera ni tiempo
Hay cantantes que
además del estudio y la técnica aprendida, tienen un don natural, una coloratura
y capacidad vocal que los hacen irrepetibles, inigualables en su versatilidad.
Y si además,
tienen carisma y compromiso social –sobre todo en esta época- adquieren un ángel
especial.
El año pasado
Lila Downs inició una gira mundial para presentar su última placa BALAS Y
CHOCOLATE llenando en Buenos Aires las dos funciones previstas (hacía largo
tiempo que no venía a nuestro país). Esto provocó que inmediatamente se pusieran
en venta las entradas para una nueva fecha ya en este año.
Y el 11 de
Marzo estuve presenciando otro Gran Rex colmado.
A esta
mexicana la han ido a ver no solamente los migrantes mexicanos que por estudio
o trabajo habitan aquí, sino argentinos y gente de otros lares. Familias con
niños pequeños, parejas, grupos de amigos, gente sola hemos bailado y cantado
con ella.
Una artista
que logra, por sus raíces, a quienes tenemos un origen profundamente europeo, casi
por ósmosis hacernos sentir verdaderamente latinoamericanos.
Nos damos
cuenta que vibramos en un mismo sentimiento: si queremos, si tenemos el
propósito podemos cambiar un mundo donde hay mercenarios que trabajan para la
muerte, y dejar que ella sola sea la que venga cuando deba. Como dijo: “si nosotros
lo creemos, lo decimos, lo hacemos, lo rezamos y lo obramos con ejemplo, entonces
sí todo amaneció mejor”.
Temas como “La
Patria Madrina”, “Humito de Copal” un clamor a la verdad, o la ruta del
chocolate –la de los niños- en “Balas y Chocolate” nos muestran su pensamiento
crítico y comprometido. Todas letras de su autoría y composición de su marido
Paul Cohen.
Pero cambiar
el mundo en nuestra circunstancia más cercana, implica también cantarle a la
esperanza “Mano negra”, al amor “Cuando me tocas tú” y al desamor como su blues
desgarrador “La promesa”.
El final, tras
tres temas, con su interpretación de “La llorona” sin acompañamiento y de
rodillas fue, simplemente, conmovedor.
Antropóloga,
intérprete, compositora, productora; ganadora de Premios Grammy, nominada al
Oscar por la banda sonora de la película ‘Frida’… esta nota no quiere ser un resumen
de su vasta biografía, de la persona a quien Chavela Vargas refirió como su
heredera.
Es un poner en
palabras las sensaciones y los sentimientos que provocan artistas de esta
talla.
Están quienes
impactan por su tremenda voz e interpretación, bestias del canto como decimos
aquí. O los que te dejan boquiabiertos porque solitos con su guitarra se hacen
gigantes.
Y está Lila,
con toda su gente en el escenario.
Ella, además
de las aptitudes mencionadas, tiene la cualidad de atravesar cierta fibra de la
emoción que no todos logran. No solamente te paras y bailas. Descubres que, sin
permiso y por asalto, por tus mejillas empiezan lágrimas a caer.
Y ello, en esas
circunstancias, bienvenido es.
fotos y
videos: archivo de la web.